Un diputado valiente que dijo No al Gobernador
CIUDAD VICTORIA, (ASI).— El gran perdedor en el debate de los cinco candidatos a la Presidencia de la República, es Enrique Peña Nieto debido a que todos coincidieron en señalar que su gobierno está plagado de corrupción, ineficiencia y demagogia.
El propio José Antonio Meade Kuribreña, postulado por el partido de Peña, el PRI, tuvo que anunciar que si gana la elección, él no tolerará estafas maestras, moches ni naves industriales. Omitió citar el nombre Odebrecht, para evitar rudeza innecesaria.
No estamos de acuerdo con quienes afirman que Andrés Manuel López Obrador perdió el debate porque Meade lo acusó de ocultar su propiedad de tres departamentos, y porque Anaya “reveló” que creció la delincuencia y disminuyó la inversión en la Ciudad de México cuando el candidato de MORENA fue jefe de gobierno.
Se trata de patrañas que caen por su propio peso, al grado de que no fueron refutadas a las primeras de cambio porque sería una pérdida de tiempo.
El fantasma de Peña Nieto estuvo presente en las dos horas de intercambio de acusaciones entre los aspirantes a la sucesión presidencial. Los temas que escurrían pus estuvieron invariablemente ligados a su nombre, especialmente corrupción e ineficiencia.
Meade llegó derrotado de antemano a la confrontación, pero además, su equipo falló en la tarea de aprovisionarlo de suficientes elementos de cargo contra el candidato favorito, y tuvo que ser el abanderado del PAN el que descargara la batería pesada en su contra, todo el tiempo.
Margarita, Meade y El Bronco sólo siguieron la ruta de bombardeo desatada por Ricardo Anaya, contra un López Obrador que nunca perdió el aplomo, el dominio, pese a las provocaciones, a las mentiras, inclusive a la majadería de Jaime Rodríguez Calderón, que pretendió sonsacarle una firma para un cheque en blanco.
Los adversarios no intentaron derrotar a AMLO con propuestas propias y serias, con anuncios de proyectos de solución para los grandes problemas nacionales ni con ideas innovadoras que dieran a México una nueva proyección, un nuevo destino, la anhelada pacificación.
Se concretaron a tratar de descalificarlo con verdades a medias, mentiras, exageraciones y otras barbaridades, que en su mayoría López Obrador declinó rebatir por ser temas suficientemente aclarados.
Mención aparte merece la conducción del debate que corrió a cargo de tres periodistas que impusieron nuevas reglas. No solo presentaron los temas para que los desarrollaran los candidatos, sino que ellos mismos impusieron un interrogatorio tipo nazi, con temas incómodos pero que son públicos.
El Bronco puso la nota chusca con su increíble propuesta de que le mochen las manos a los funcionarios gubernamentales ladrones, pues la Constitución prohíbe expresamente ese tipo de castigos para los infractores de la ley.
Margarita Zavala de Calderón también incurrió en infantilismo político, con su propuesta de que metan en una misma celda a políticos corruptos y a narcotraficantes.
Meade Kuribreña exhibió igual criterio ramplón cuando le preguntaron si era factible instituir un observatorio ciudadano que impusiera multas o sanciones, a los funcionarios que incumplieran promesas de campaña.
Respondió el candidato del PRI que no pertenece al PRI, que es innecesario cualquier otra medida, porque el Plan Nacional de Desarrollo es aprobado por el Congreso de la Unión, y eso es suficiente para que se cumpla.
Al finalizar el debate, López Obrador no quiso despedirse de nadie y abandonó el recinto rápidamente, tal vez acicateado por el cansancio de permanecer dos horas de pie y buscando estirar las piernas.
En su casa, relajado, Andrés Manuel emitió un mensaje para agradecer la confianza ciudadana que lo hace acariciar la certeza de que ganará la Presidencia de la República el domingo 1 de julio. “No les voy a fallar”, repitió el candidato de MORENA.
Tal vez porque los encargados de los partidos en Tamaulipas son improvisados, carentes de recursos o de imaginación, abúlicos, flojos o irresponsables, ninguno convocó a la prensa o su militancia, a hacer una glosa del debate, para destacar las fortalezas de sus candidatos y las debilidades de sus adversarios.
Enrique Peña Nieto permanece en Europa, y en el primer evento de su gira, en Alemania, presumió que superó en su gestión, las expectativas que se tenían sobre él. ¿Qué les parece?
Es inevitable que la debacle del candidato presidencial del PRI tenga un efecto negativo en los candidatos locales, algo así como El Efecto López Obrador, pero en sentido inverso. Los va a hundir.
Por cierto, Genaro García Luna acaba de publicar un libro con sus experiencias como Secretario de Seguridad Pública en el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa, con el que pretende demostrar que el actual gobierno, priísta, echó por la borda todo lo que ellos consiguieron para atajar al crimen organizado.
El libro lleva como título “Seguridad con bienestar”, que suena a la campaña de Alejandro Guevara Cobos. En alguna ocasión coincidimos con García Luna en un restaurante de la Ciudad de México, invitados por Baltazar Hinojosa Ochoa, y el funcionario no traía escolta, no al menos visible ni aparatosa, como se estilo ahora.
Peña Nieto desapareció la Secretaría de Seguridad Pública y endosó sus funciones a la Secretaría de Gobernación que manejaba Miguel Angel Osorio Chong. Fue un terrible error, como lo reconoce el propio Presidente. No dio buenos resultados.
El fin de semana se repitieron en la frontera y ayer en la capital del crimen, los episodios de violencia que el gobierno no puede o no quiere frenar.
Se eligió en la Ciudad de México un Consejo Nacional Ciudadano, del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, con 13 integrantes pero ninguno de Tamaulipas, pese a que tenemos el récord nacional de desaparecidos.
Guillermo Gutiérrez Riestra estuvo inscrito en la lista de candidatos, pero no tuvo la suerte de ser favorecido. Permanecerá como observador voluntario, para conocer de cerca los avances que se consigan en la materia.
En Brownsville, Texas, el juez de la corte negó libertad bajo fianza al licenciado Tomás Yarrington Ruvalcaba y el jueves volverá a citarlo para instruirlo sobre el juicio en su contra, por 11 presuntos delitos.
En otros temas, ya pasó la euforia por la aprobación en la cámara de diputados de la eliminación del fuero y que ahora revisan en el Senado, pues se trata de una fiesta artificial porque no hay nada que celebrar.
El fuero era una figura decorativa porque estuvo en desuso ya que los funcionarios gubernamentales no la necesitaron para protegerse, pues cuentan con otros artificios que los protegen de los estragos causados por sus travesuras.
La más reciente ocasión que se desaforó a un funcionario fue en 2005, cuando Vicente Fox con apoyo de Salinas de Gortari, consiguieron que el Congreso erigido en jurado de procedencia, actuara en contra del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador.
Lo acusaban de desacato a un mandato judicial, en relación con la habilitación de un camino sobre una propiedad privada ocurrido en el gobierno anterior. La fuerza de la Opinión Pública, manifestada en multitudinarias concentraciones, obligó al gobierno federal panista a reconocer su abuso de poder y desistirse de la acción penal.
A nivel local, Manuel Cavazos Lerma hizo quitar el fuero a Genaro de la Portillo Narváez para poder meterlo a la cárcel y cumplir una venganza personal. El único diputado local de la época que no se plegó al capricho del chaparrín del sombrero lo fue Carlos Arturo Guerra Velasco, de Matamoros.
Correo electrónico: albertoguerra65@hotmail.com
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