“Pega” el síndrome Pepe Elías en Matamoros
CIUDAD VICTORIA, (ASI)— El proceso electoral está en marcha y alguno de los actores hizo notar que será una jornada inédita, atípica, diferente, debido a que será una elección concurrente, simultánea, masiva, ya que se mezcla la renovación de poderes federales y locales.
En efecto, a algún genio de la política nacional se le ocurrió que las elecciones debían ser sólo una, para cambiar de Presidente de la República, senadores, diputados federales, Gobernadores, presidentes municipales, diputados locales en una misma jornada.
Se ahorrará dinero y se perderá menos tiempo, dijeron. Y tienen razón, parcialmente. Ahora, el ciudadano llegará a la mampara con un kilo de boletas en la mano para votar.
En este caso particular, 2018, los tamaulipecos elegiremos Presidente de la República (¡gracias a Dios!), dos Senadores de la República, nueve diputados federales, 43 presidentes municipales.
También será una elección insólita debido a que el PRI ya no manda en palacio de gobierno, sino el PAN, lo que trastoca todo el sistema tradicional, desde la designación de los candidatos del partido tricolor, hasta las fuentes de financiamiento de las campañas.
Sigue siendo un enigma para propios y extraños, saber quién palomeará la lista de candidatos del PRI, si ya no existe un jefe político estatal en Tamaulipas, y por comodidad propia, conveniencia o cobardía, los más destacados cuadros permanecen ocultos, callados, sigilosos, inadvertidos, escondidos.
La increíble llegada del PAN al poder en Tamaulipas puso al descubierto a la clase política tricolor pues sus exponentes no se crecieron al castigo, sino que se dejaron derrotar y se exhibieron pusilánimes, asustadizos, débiles, quebradizos, frágiles, miedosos.
No quedó ni uno para adorno. Baltazar Hinojosa Ochoa y Edgar Melhem Salinas empiezan a mover una patita, porque ya llegaron, otra vez, los tiempos electorales.
El otro gran misterio que mueve a la reflexión y reta a las mentes que gustan de descifrar secretos insondables, es: de dónde saldrá el dinero que pague las campañas del PRI, habida cuenta que ahora no tienen acceso a las arcas gubernamentales.
Otra pregunta por contagio es: quién pagará los gastos del proselitismo de los abanderados del PAN, si tampoco son sueltos de los bolsillos propios y no contarán ahora con el cuerno de la abundancia que los favoreció en el proceso de 2016.
Este ha sido un mal año para la prensa tamaulipeca. Desde la derrota del PRI, julio de 2016, Egidio Torre Cantú y su contlapache Guillermo Martínez García, cancelaron unilateralmente los convenios institucionales de publicidad.
También desconocieron las deudas acumuladas hasta esa fecha y fue hasta el cierre del sexenio, en septiembre, que quisieron pagar pero sólo migajas del gran pastel, en efectivo. Los que rechazaron la oferta, por ser ilegal e inmoral, renunciaron a ese poco dinero, que quedó en manos de Guillermo Martínez.
Desde la entronización del gobierno estatal, panista, hace 14 meses, los convenios de publicidad no se reactivaron, con contadas excepciones y por cantidades ínfimas, pese a que el Congreso local autorizó un presupuesto superior al ejercido por Torre Cantú.
El sub-ejercicio en este rubro no mereció ni una mención de los H. diputados locales cuando recibieron el primer informe de gobierno, pese a ser una irregularidad. Tampoco repararon en que no se ejerció el presupuesto de obra pública ni el gasto de la política social.
Por cierto, el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca puso en marcha ayer en Tampico y Madero, la construcción de dos puentes a desnivel, con una inversión conjunta de 340 millones de pesos, la primera obra de su gobierno, en 13 meses de gestión.
Un periodista agua-fiestas puso de mal humor al mandatario con una pregunta incómoda, pues quiso saber si era casualidad o cosa deliberada, que ambas obras serán terminadas e inauguradas dentro de seis meses, cuando esté por producirse la jornada electoral.
Respondió a regañadientes que el Gobernador no anda en campaña y rompió la improvisada conferencia de prensa, dejando en el aire otra cándida pregunta, acerca de Egidio Torre Cantú, en el sentido de si está limpio de culpas.
Antes de dar la espalda y escapar, Cabeza de Vaca presumió que la mesa de seguridad y justicia de Tampico es ejemplo nacional, aunque no mencionó que sus integrantes hacen las funciones de la policía, pues elaboran un mapa delincuencial, para identificar las áreas más conflictivas.
Ciudad Victoria, Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, ninguna tiene hasta ahora una inversión estatal de gran cuantía. Es Tampico y Madero las ciudades que estrenarán la gran chequera estatal.
Lo hacemos por intrigar cuando comentamos que Cabeza de Vaca se declaró enamorado de la zona sur, porque, dijo, allí lo tratan mejor que en cualquier otra parte.
No lo podemos culpar. El aire de Reynosa está enrarecido, con olor a plomo y de carne quemada. La policía halló el cuerpo de una mujer muerta, encobijada, en una casa del centro de la ciudad.
Y por el rumbo del ejido El Guerreño (puros Guerra), como quien va al puente internacional de Pharr, Texas, fue abatido otro sicario, en una intensa balacera, para no contar a otros dos que cayeron en la madrugada, en la carretera ribereña, a la altura de estación Anzaldúas, La Bocatoma.
En Ciudad Madero, Cabeza y la comitiva se andan con pies de plomo, pero sin exagerar, pues las calles son tan frágiles, que se abren como buñuelo cuando pasa hasta un camión recolector de basura.
En tanto que en Matamoros, el gobierno municipal sigue paralizado seguramente por el efecto del Síndrome Pepe Elías pues las expectativas de crecimiento, prosperidad y felicidad, se desplomaron.
Reynosa estaba llamada a ser una ciudad pujante y progresista bajo el gobierno de José Elías Leal, pero el edil se transformó de la noche a la mañana y echó por la borda todo lo bueno acumulado y renunció a hacer una buena gestión.
Matamoros anda en las mismas aunque con algunas diferencias, allí no hay faldas de por medio, nos aseguran.
Lo que sí es coincidente es que su aparato de comunicación social tronó, en Reynosa por corrupción, en Matamoros, lo estamos investigando.
A propósito de decepciones, el diputado federal de Ciudad Mante Alejandro Guevara Cobos, niega haber participado en una francachela juvenil que terminó con un lujoso jeep hundido en el agua.
Crea fama y échate a dormir.
Otro aspirante al Senado, Edgar Melhem Salinas, se aparece más seguido por estos rumbos, para acreditar presencia. Se agradece, porque otros, ni eso.
Por cierto, el doctor Miguel de la Rosa Medrano participa cada mes, en la Ciudad de México, en reuniones de un grupo de apoyo al proyecto del señor Meade (suena como a mojado), igual que otros tamaulipecos que tienen prendidas sus veladoras a otros santones.
Nosotros le seguimos apostando al rayito de esperanza.
En otros temas, el contralor municipal de Nuevo Laredo, José Ibarra Flores, encabezó a un grupo de funcionarios que acudió a Ciudad Victoria a tomar un curso del sistema anti-corrupción, para actualizarse en la normatividad institucional.
Estimó el funcionario municipal de gran importancia los temas de transparencia y anti-corrupción, siendo Nuevo Laredo uno de los primeros municipios que implanta el sistema anti-corrupción.
El curso corrió a cargo de Fernanda Limón Ruiz, titular del sistema anti-corrupción y fiscalización del gobierno del Estado, con temas como la ley de fiscalización y rendición de cuentas y ley orgánica y de responsabilidades administrativas.
Correo electrónico: albertoguerra65@hotmail.com
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