CIUDAD VICTORIA, Tam. (OGP).- Miente El Norte de Monterrey cuando afirma que los adultos mayores invitados al evento de Apodaca, Nuevo León, esperaron desde las ocho de la mañana hasta las 12:30 horas para ver al Presidente Enrique Peña Nieto y a su esposa Angélica Rivera, Gaviota.
Vimos a las diez de la mañana que los abuelitos empezaban a llegar al casino Apodaca, nosotros con ellos, y el ingreso fue rápido y sin groseros esculcamientos en los arcos detectores de metales. Cuando se activaba la alarma era por dientes de fierro, placas metálicas sub-cutáneas, pelucas sostenidas por incaíbles, aparatos auditivos, bastones con empuñaduras de acero y otros postizos y artificios propios de la tercera edad.
Sí hubo almuerzo. Eran paquetes de doble bocadillos a base de pan relleno de carnes frías, y botellas de agua. Están relajadas las medidas de seguridad pero hubo un horario tope para consumir la comida y previa y repetida advertencia, diligentes empleados pasaron por los pasillos a recoger las sobras.
No comió el que no quiso, como el periodista riobravense Daniel Romero Alemán, que prefirió escuchar embelesado al grupo musical Los Barón de Apodaca que le interpretaron como regalo pese a que no es abuelo todavía no cumplía años, su canción favorita, Y por esa calle vive...
Sólo por ganar la primicia de la fecha de la visita presidencial a Tamaulipas soportamos con resignación una espera de dos horas, sentados lo mismo que otros cinco mil invitados. Fuimos vecinos de silla, pasillo de por medio, de un señor Herrera Bustamante pero nos quedamos con las ganas de saludarlo pues no supimos si era el Magistrado judicial José Guadalupe o su hermano gemelo Jorge.
Enrique Peña Nieto llegó puntual. Avanzó repartiendo saludos, besos y su esposa, autógrafos. Pasó por nuestra pasillo pero saludando a los de enfrente sin voltear por atender los brazos que se le extendían en racimos.
Ya se había separado como cinco metros de nuestro espacio y el Presidente dio un giro inesperado para regresar sobre sus pasos pero para saludar ahora a los invitados del otro lado. Apenas rozamos sus dedos pues un hombre anciano arrebató su mano y con la otra lo capturó del brazo a la altura del codo.
Era un viejito que estaba en la silla número tres a partir del pasillo y que tenía preparado su teléfono celular para que alguien le tomara una foto con el Presidente. Ya tiene muchas pero él quiso otra. Debió ser un político importante porque le tuvieron muchas deferencias y le dieron trato especial aunque ahora usa él sus ocios estorbando a la gente.
El viejuco se las olió que los ocupantes de las sillas números 1 y 2 no le cederían sus espacios de privilegio para hablar con el Presidente, sobre todo porque le opusieron las espaldas como muralla cuando se acercaba Peña Nieto.
Temerariamente, el anciano subió a la silla para sobresalir pero bajó rápidamente ante el riesgo inminente de una caída pues se tambaleaba.
Por eso prefirió un vulgar asalto cuando el Presidente extendió la mano en dirección a otra que no era la suya. Y no sólo eso sino que cuando lo tenía férreamente asido le espetaba petición tras petición de un asunto que ya era del conocimiento de Peña Nieto pues le contestaba que iba por buen camino.
No desistió el abuelo y neceaba con otros temas sin aflojar las garras que aprisionaban al Presidente, ya irritado. Hubo necesidad de la intervención de guardias que aparecieron por todos lados para obligarlo a soltarlo.
Todavía tuvo la audacia de entregarle una tarjeta al jefe de la nación, para que lo mantuviera informado. Una mirada fulminante no hizo mella en el ánimo del viejito pues le alcanzó el vigor para llamar a gritos al Sub-secretario federal de SEDESOL Ernesto Nemer, que acudió presuroso a atenderlo.
Lástima de la crónica que teníamos preparada para avisar de la visita presidencial a Tamaulipas. No hubo primicia. La despedida fue también triste pues en el hotel nos enjaretaron notas de consumos de dos cuartos rentados por la avanzada de la oficina de giras presidenciales del licenciado Alejandro Guevara Cobos.
No pudimos agradecerle las atenciones recibidas porque este político mantense se fue con Peña Nieto en el avión presidencial. Tal vez redondean el regalo prometido de cumpleaños.
De los discursos en el Casino Apodaca, nos quedamos con dos por su profundidad. Una señora habló a nombre de los adultos mayores para agradecer esta cuarta visita del Presidente a Nuevo León. “Demuestra que nos quiere mucho”, dijo.
Y el otro mensaje es del Gobernador Rodrigo Medina de la Cruz que pontificó sobre el poder de la unidad. Por supuesto, derivó el discurso al tema de moda, la reforma energética, para repetir el estribillo de que los mexicanos seremos felices cuando se abra la explotación de los hidrocarburos a la iniciativa privada.
El Presidente de la República usó una retórica auto-crítica al reconocer que algunos derechos constitucionales no llegan a los ciudadanos y que su preocupación es conseguir que se concreten, sobre todo tratándose de los adultos mayores.
Luego avisó que no lo harán claudicar en el propósito de mejorar la calidad de la educación que se imparte en México y que es inminente la aprobación legislativa de las leyes secundarias de la reforma educativa, a la que se opone rabiosamente el ala disidente del SNTE.
Por supuesto, habló de la reforma energética para asegurar que cuando se produzca habrá un México próspero, con crecimiento económico y justicia social. Anunció que enviará en el corto plazo otra iniciativa al Congreso de la Unión, ésta para consumar una reforma hacendaria.
Dijo Peña Nieto que una de las sorpresas de esta iniciativa es un sistema de seguridad social universal que beneficiará a los mexicanos con empleo pero también a los desempleados.
En temas locales, este día celebran en Matamoros el centenario del primer reparto agrario nacional. El alcalde Alfonso Sánchez Garza presidirá la ceremonia matutina en la escuela “Francisco J. Múgica” de la colonia Lucio Blanco.
Allí mismo, la presidenta del DIF Matamoros arquitecto Silvia Guerra de Sánchez firmó un convenio de comodato con la fundación Oigamos Juntos del Club Rotario Industrial, para el uso de aparatos en beneficio de personas invidentes.
Se trata de equipo de la escuela para invidentes “Caminos de Luz” así como ventilador y desfibrador para la ambulancia de la institución.
Y en Tampico, el Gobernador Egidio Torre Cantú y su esposa María del Pilar González inauguraron anoche el Festival Internacional Tamaulipas 2013 teniendo como invitado de honor al director general de CONACULTA Rafael Tovar y de Teresa.
En el curso del día, el matrimonio Torre González, el emisario presidencial y las autoridades de Tampico, visitaron edificios históricos para convenir su rehabilitación y construcción de otros espacios culturales, como una manera de promover el turismo y reactivar la economía.
Por su parte, el Secretario de Salud Norberto Treviño García Manzo conquistó otro reconocimiento a nivel nacional por la eficiencia y calidad de los servicios médicos que se proporcionan a los tamaulipecos. Mañana abundamos en el tema.
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